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Temporada
Estreno original 1 de octubre de 1995
Guionista(s)
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Código producción 3F01
Episodio131
Director(es)
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Estrellas invitadas Joan Kenley como la mujer del teléfono
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Home Sweet Homediddly-Dum-Doodily (Hogar dulce hogar tralarí tralará en España y Hogar, dulce hogarcirijillo en Hispanoamérica) es el tercer episodio de la temporada 7 de Los Simpson.[1] Sinopsis[]Todo comienza cuando Homer le regala a Marge un viaje sorpresa a un spa, dejando a los niños a cargo del Abuelo. Mientras tanto, Bart se había contagiado de piojos del mono mascota de Milhouse, lo que había obligado a que en la escuela quemaran su ropa. A Lisa, por su parte, le habían robado sus zapatos ortopédicos, cargándola por tener piojos. Cuando ella niega tenerlos, es llamada a la dirección por altoparlantes para inspección de piojos. Los niños vuelven a su casa usando como ropa (en el caso de Bart) una bolsa de papas, y se encuentran con que sus padres no están en casa y que, además, estaba presentes dos agentes del Gobierno, del Departamento de Cuidado de Niños. Los agentes habían ido a registrar la casa, avisados por Seymour Skinner, quien se había preocupado por los niños al ver su deplorable estado. En la casa todo estaba sucio y desordenado, ya que Marge había dejado las tareas hogareñas para cuando volviese del spa. Cuando vuelven de su centro de relajación, ven que los agentes se están llevando a Bart, Lisa y Maggie, convencidos de que Homer y Marge eran malos padres. Los niños son llevados a un hogar adoptivo, que resulta ser al lado de su casa, en la de Ned Flanders. En su nueva vivienda, deben comer bocadillos rellenos de pepino, irse a dormir a las siete de la tarde y soportar horas y horas de lectura de la Biblia. Bart y Lisa odian su nueva vida, pero Maggie disfruta estando allí, ya que es sólo un bebé. Cuando Ned descubre, un día, que los niños no estaban bautizados, se desmaya y decide darles él mismo un bautismo de emergencia. Mientras tanto, Marge y Homer no tienen manera de comunicarse con sus hijos, ni siquiera por teléfono. Son obligados a tomar clases para ser mejores padres, donde aprenden a cuidar a sus hijos, pero también a poner la basura en sus basureros correspondientes y a depositar la leche abierta en la nevera. Marge se siente humillada, pero Homer aprende bastante. Luego de unos exámenes, ambos son declarados padres decentes. Cuando van a buscar a los niños, ven una nota pegada en la puerta de la casa de Flanders que dice "Nos fuimos a bautizar". Rápidamente, Homer sube a su auto junto a Marge y maneja hacia el río de Springfield. Homer llega tras muchas caídas al río, en donde ve a Flanders a punto de echarle agua a Bart sobre su cabeza para bautizarlo. Homer salta sobre Bart, haciéndolo caer, y recibiendo él mismo el agua del bautismo sobre su cabeza, la cual parece quemarlo. Luego de recuperarse, Homer le reclama sus hijos a Flanders. Aunque Bart y Lisa van rápido con Homer, Maggie duda, mirando a la familia Flanders como algo muy bueno y a su padre y sus hermanos, como una vista solitaria y desolada. Cuando va hacia los Flanders para quedarse con ellos, aparece Marge. La bebé, al verla, va hacia ella, se abrazan y toda la familia unida vuelve a su casa. Referencias[]
Enlaces externos[]
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