Homer Simpson: Canine Decoder es la primera historia que aparece en Simpsons Comics 194.
Historia[]
Marge ha preparado la cena para la familia, pero cuando Homer va a sentarse a la mesa del comedor, el ayudante de Santa está sentado en su lugar. Más tarde, el perro se sienta en el sofá de Homer, en el coche y en su taburete de la barra, pero después de que le roba el tocino, Homer descubre por qué el perro intentó asumir el papel de Homer como hombre de la casa: no le gusta su nueva comida. Después de que Homer vuelve a comer la antigua comida de ayundante, el perro deja de intentar ocupar el lugar de Homer. Mientras tanto, Lisa está triste y cuando Marge le pregunta por qué, ella le dice la verdad: es la peor en la clase de gimnasia. Se extiende el rumor de que Homer puede entender a los perros, por lo que el Sr. Burns le pide que vuelva a activar a sus perros; se han vuelto perezosos. Homer logra que los perros se activen y sus perros comienzan a perseguir a Smithers. Lisa se ha dado cuenta de que su problema con el gimnasio no es ella; es la Sra. Pommelhorst quien la trata injustamente, pero cuando visita su oficina, descubre que no era buena en los deportes cuando era niña y se da cuenta de que por eso es tan dura con Lisa.
Homer continúa su carrera como susurrador de perros. Rainer Wolfcastle es su próximo cliente y descubre que los hijos de su asistente personal han puesto nervioso a su perro. Lisa comienza a estudiar cómo ser buena en el gimnasio y a mostrarle a la Sra. Pommelhorst lo buena que es, y pronto puede subir a la cima de la cuerda. El próximo cliente de Homer es Arnie Pye, cuyo perro se muestra pegajoso cuando la tiene en el helicóptero. Homer descubre que el perro tiene miedo a las alturas. Lisa sigue destacando en el gimnasio y Homer continúa con su nuevo trabajo. Krusty es el próximo cliente. Resulta que Krusty Burgers enferma a su perro. Una semana después, Lisa recibe un premio en la escuela: el premio Sweaty por su mayor avance en educación física. Homer ya está cansado de trabajar con perros, pero mientras está tumbado en el sofá de casa, un centenar de perros lo visitan y empiezan a seguirlo. Pero cuando Homer está borracho en casa de Moe, los perros se dan cuenta de que su amistad con Homer no era tan buena y comienzan a atacarlo a él y a sus amigos. Los perros persiguen a Homer hasta el gimnasio de la escuela, donde Lisa y sus compañeros logran que los perros cierren la boca arrojándoles anillos alrededor de la boca. Los perros están disgustados y pronto se soltarán, por lo que deben encontrar un lugar para esconderse de los perros.
Salen corriendo del gimnasio y comienzan a escalar las paredes exteriores con una cuerda. Pommelhorst tiene problemas para subir por la cuerda, pero Lisa le da esperanzas para poder manejarlo. Homer tampoco puede subir a la cuerda porque los perros lo han rodeado. Luego ingresa un nuevo perro a la manada. Es el ayudante de Santa Claus, quien pide a los otros perros que se detengan. Los perros no quieren actuar como humanos; ahora viven como reyes, gracias a los humanos, así que si se apoderan del mundo pueden hacer lo que quieran. Los otros perros se dan cuenta de que el ayudante de Santa tiene razón, dejan a Homer y regresan a sus casas. Homer abraza al pequeño ayudante de Santa y le agradece por salvarle la vida. Mientras tanto, Smithers llama al Sr. Burns para preguntarle cuánto tiempo lo perseguirán los perros, porque todavía lo están persiguiendo.