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Temporada
Estreno original 23 de enero de 1992
Guionista(s)
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Código producción 8F12
Episodio49
Director(es)
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Estrellas invitadas |
Lisa the Greek (Lisa, el oráculo en España y Los pronósticos de Lisa en Hispanoamérica) es el decimocuarto episodio de la temporada 3 de Los Simpson. Sinopsis[]Todo comienza cuando Lisa, ignorada por Homer cuando trata de mostrarle una casa de muñecas hecha con una caja de zapatos, cuando su padre estaba viendo fútbol americano por televisión, habla con Marge, quien le sugiere pasar más tiempo con Homer, hablándose sobre sus intereses y gustos. Lisa decide ver los partidos de fútbol americano con su padre, y Homer acepta. Mientras tanto, él pierde su apuesta, ya que su equipo (Denver) había perdido el partido. Luego de ser estafado por las apuestas por teléfono, Homer, deseperado, le dice a Lisa que le diga quién ganaría el partido. Lisa, por decir algo, elige a los Delfines de Miami. Homer, entonces, llama a la taberna de Moe (que era quien organizaba las apuestas) y juega cincuenta dólares a los Delfines. Al final, Miami gana, y Homer y Lisa festejan. Mientras tanto, Marge lleva a Bart a comprarle nueva ropa, bastante fea para el gusto del niño. Lisa se vuelve fanática de elegir ganadores para los partidos, ya que siempre acertaba. Homer, por su parte, declara los domingos como días de "padre e hija". Con el dinero que gana gracias a las apuestas, Homer comienza a comprar regalos caros para la familia y cenas costosas. Marge, un día, averigua de dónde obtiene su marido el dinero, pero Homer le dice que las apuestas no son realmente un juego malo. Unos días más tarde, Lisa se da cuenta de que Homer en realidad no quería pasar los domingos con ella, sólo la quería para pronosticar los resultados de los partidos. Triste, regala todas las muñecas y accesorios que Homer le había comprado con el nuevo dinero. Homer se da cuenta de que necesita arreglar las cosas con Lisa, pero ella está demasiado triste como para siquiera hablar con su padre. Luego, la niña hace una última predicción con respecto al juego de esa tarde: si ella todavía amaba a Homer, ganaría Washington; si no lo amaba más, Buffalo sería el ganador. Homer se vuelve muy ansioso con el resultado del juego, ya que determinaría si su hija lo quería o no.
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